9 de diciembre de 2010

Permitir..nos adentrar.

¿Y qué si se vuelven de papel?




Hablémonos verdades...


¿Por qué es la verdad tan difícil de manejar?
Tenemos toda esta cantidad de oportunidades y personas que nos deslumbran con sus horizontes... Y entonces nos congelamos. ¿O se congelan?
¿Tal ves?...


A veces siento como si desperdiciara mi vida en fugacidades... Y entonces empiezo a creer que creo una otra realidad de mi misma en la que soy consiente pero no me atrevo a mover un ápice de epidermis... se imaginarán la colosal batalla que he de librar al querer transformar mi mundo y sus derivaciones... He aprendido tanto, tanto de la vida... Que cada ves me siento más idiota. Un poco más vacía, pero indudablemente más grande.


Quizás mi sentir no es tan extraño... quizás el querer tan sólo retratar inconclusas memorias tenga un fin un poco más profundo que sorprender... me a mi misma?...


La verdad...Uhm... ¿Cuántas veces he rozar sus límites sin atreverme a atraparla en mi red?... ¿Cuántas veces más ha de permitirme jugar con sus presagios sin rasguño notable?... ¿O son quizás ya tan profundos... O quizá estoy ya tan acostumbrada... que no los siento?  La verdad...Tengo una marioneta. Se hace llamar Amy, y si, digamos que podría asemejarse a un alter-ego de mi misma...   Podría asemejarse también a una máscara de las tantas que se ven en la cotidianidad... Podría ser incluso una imagen sin puntos que se asemejen a mi ser... en fin... su relevancia; es que funciona bajo mi antojo. No se bien si es ella una parte de mi, o yo parte de ella; la parte franca.. es que le temo.


Me he tomado a mi misma como prueba, como experimento y como material. Es supuesto, lógico incluso, que todo proceso (seo o no científico) debe tener parámetros... pasos o etapas, si así quisiéramos llamarlos.
Para mi, la parte más divertida es cuando el resultado me sorprende.... La peor es cuando mi cerebro interfiere... en exceso.
He transitado un sinfín de calles, ojos y rastros de cuerpos que solían llamarse gente. Los he visto reír a carcajadas mientras sus ojos gritan por libertad... Los he oído abogar infamias contra en su contra... a conciencia. Me he visto entre ellos... contagiándome de inconciencia y siendo presa de mi debilidad. Me da rabia. No sé bien si es el sentirme tan lejos, el ser consiente de que no es sólo una sensación... O el darme cuenta de que se me ha mezclado tanto la investigación con el éter.


No es mi intención engrandecerme ante sus ojos, me funciona más lo opuesto; me permite un grado de cercanía mayor. A decir verdad, amo sus locos andares, me fascina verlos sorprenderme, enseñarme tanto sin siquiera darse cuenta... Pero mi basta sed ha sido tal, que he llegado ya a chuparme tantas ideas, como veneno ha de caber en mi carne... No hemos de olvidar a nuestras antes incomprensibles madres; "todo en exceso es malo!".... Oh, si que tenían razón desde el principio... Tengo el cerebro envenenado de tristeza, rabia y dualidad; y probablemente es ésta última la que peor me tiene, aunque es a veces quien me salva... ¿Lo ven? Ya ha empezado.


¿Han experimentado uno de esos momentos en los que tienen pleno conocimiento de su situación, ubicación, espacio y hasta motivo... pero no se encuentran? Bueno, yo le he encontrado nombre, para mi es desespero existencial. Llevo estancada en un lapso...demasiado tiempo. Es como cuando piensan en algo horas... días enteros y ya han conseguido encontrar toda la información, no una... Sino unas cuantas veces. La saben de memoria, coño.. hasta la predican!!... Más lo único que sigue sin aparecer es ése motivo para aceptarla. Ese espacio para lidiar con el conocimiento y asumirlo. Eso me pasa...ba. Me pasa aún. Creo. A veces... estoy convencida, a ratos no lo creo en absoluto.
La cuestión, realmente... es la confusión que me produce todo. ¿No les pasa que tienen la respuesta mágica a todos los inconvenientes pensados y pensables... pero no pueden accionarla? No porque esté mal, no porque sea incorrecta... ¿Sino precisamente por su relevancia... su certeza.. por su crueldad y trascendencia? A veces creo que soy bipolar, no logro tener una sensación completa; me pasa que cuando llegan ése tipo de respuestas, a veces se me salen sin consideración y me he sentido quebrar almas... mentes.. filosofías y corazones. Ahí entra la otra parte... Principio básico para la alquimia, equivalencia de intercambio "para crear, tienes que sacrificar algo del mismo valor a cambio". En ocasiones me hieren tanto, la conciencia principalmente ya que es ella quien canaliza... que decido privarlos a todos de mis palabras, incluyéndome; pero luego se me llena el cuerpo de regocijo al entender, que es cuestión de tiempo para que dejen de doler... Si es que la fuerza alcanza. Y ahí vuelve el ocho... Una ves dejan mis labios, ya no hay ellos sino nosotros... Pero.. a veces decirlas, aún si me percato del daño en otros... Me deleita descomunalmente. Y luego me atraviesa el pecho... Entonces no sé qué hacer, y me siento vagando dentro de mi; pero no en mi memoria, no en el presente, no el presunto porvenir... Me siento en un espacio libre de tiempo, en el cual solía encontrar comodidad. Pero ahora sólo me encuentro a una chiquilla desesperada por no seguir viéndose perdiendo el tiempo y su vida perdiéndose en él e infinidad de pensamientos. Me encuentro justo en el borde que no es ni blanco, ni gris ni negro... pero sigue siendo el borde.


Allí lo encontré. ¿Recuerdan? les hablaba de una razón, y es el por qué me le he adelantado tanto al "me pasa"... y me encontrado más cerca cada ves al "solía pasarme con frecuencia". Hoy no es trágica mi intención... Les hablo de esa magia antigua de la que la época nos ha disuadido. La sencillez dentro de una de las interrogantes más complejas. Les hablo de amor una ves más. Bueno, no de él precisamente; hablo más de su incidencia en mi desde que lo siento. De las enseñanzas que me ha dejado en tan poco... De la luz con la que me abre la mente y el calor con el que derrite el hielo acumulado en mi pecho. Les hablo de una buena compañía, de sinceridad y grandeza.. Les hablo de una de ésas cosas que no sé cómo explicarles con palabras... De una de esas verdades que el mundo no quiere escuchar. Mi conclusión:


Cuando bajamos la cabeza para ser cortada, no es a la muerte a quien nos enfrentamos. Es al desamor. Cuando piensas en morir... Ya sea la muerte de una idea o de tu carne... Se genera una batalla interna entre la dualidad del saber (blanco y negro) y la sensación palpitante e incontrolable.. es tan agobiante y profunda... Que puede llegar a consumirnos la vida, convertirnos en entes, oh! entes maravillosos!...


Hay un punto del camino, de éste y de otros, en el que nos vemos en la obligación de dudar... Y es ahí y no en otra parte en donde somos más que vulnerables. Personalmente, odio sentirme vulnerable, pero he de contarles, ya que la gracia hasta a mi me falta y la vida se me avienta encima también, e incluso peor a ratos... Que también tiene su lado bueno. Tan increíble como fascinante... Y es difícil, no se crean de cuentos... Exige. Pero...


Es tan TAN natural, espontáneo y enriquecedor.. Que la parte más difícil para nosotros los estancados, y quizás no sólo para nosotros... Es permitir la entrada... de ése algo... O alguien, como tu.

27 de junio de 2010

En un minuto...

Ella se fumaba las luces desde la ventana... Él, bueno, él se la fumaba a ella con la mirada. Esa mirada como ensoñada que tanto les pertenecía en media noche, en noche de luna llena... Él pensaba que ella parecía un personaje de aquellas películas que soñaba dirigir y la miraba acostado de medio lado desde la cama, medio cubierto por las sábanas; medio cubierto por su sombra. Pensaba en las casualidades de la vida, en sus labios y en el humo azul que se elevaba sobre sus cabezas, pensaba en la luz que se filtraba entre las espirales, y se asombraba al darse cuenta de que le evocaban una incontenible imágen de sus ojos. Se transportaba hacia su interior y tambén hacia el interior de Amelia. Su olor le invadía hasta los huesos y sentía que estába a punto de explotar...
Gerhard era tan suceptible a la mujer que se elevaba en el afeizar de la ventana, que estába conociendo la significancia de la palabra tántrico, o eso pensába al menos, ya que justo en ése momento se realizó del movimiento de una sombra sobre su cuerpo.
Amelia acababa de finalizar su rito. Ése cigarro que le elevaba hasta la última gota de saliva y la transportaba durante los cinco minutos que duraba en consumirse, al lugar de ensueños. A ése lugar lleno de laberintos, libros y mucho espacio por recorrer. A ése espacio de pensares meditabundos que no concluyen realmente en nada, pero en el cual la gente suele sumergirse, vivir y a veces hasta adecuar a la realidad.
Para ella, era su santuario. Al conectarse sentía que las palabras, emociones, momentos y sensaciones se apoderaban de ella y le regalaban el poder de moldear a su antojo... Con una trampa; si volviera a la realidad ya no tendría la misma fuerza, así que tendría que asumir el riezgo, que sea el azar quien decida... Y lo hacía sin detenerse a pensar, una y otra y otra ves. Entonces el mundo se movía a su antojo falto de conciencia... Y ella se deleitaba. Él se deleitaba al ver su despertar de ensueños. Era todo un espectáculo. Esa ves... Empezó por su cabeza. Estába sentada de lado con un pie debajo del muslo y el otro pie apenas rozando el tapete blanco sobre el piso de madera que acercaba la cama a la ventana, que permitía darse un momento con uno mismo sin dejar al otro.
Ella se empezó a mover, giraba el cuello lentamente y Gerhard pudo ver una sutil e implacable sonrisa dibujada en su rostro, se movía con la sensualidad de un gato que trata de llamar la atención, eran precisos sus movimientos y se arrastraban el uno al otro, dejando caer la sábana que cubría la perfección de su cuerpo; un giro de noventa grados hasta quedar sentada, sonriente, desnuda, y por fin, despierta. Supo que era entonces hora de abrir los ojos que no se sabía a ciencia cierta si eran grises, verdes o azules. Y así fué. No sólo abrió los ojos, sino que dirigió directamente su vista hacia el lugar en que lo sabía acostado y le atravezó con una flecha aquella máscara que no sabía dejar guardada. La destrozó con la mirada y lo desnudó en un palpitar.

20 de junio de 2010

3:27 a.m.

Una explosión.
Un haz de luz que se filtra por entre las ramas de mi piel... Y te vuelvo a ver, te encuentro entre mis sábanas, entre mis piernas, en mi cuello... Y te siento. Te siento meditabundo rondar las calles que han de cubrir mis pies en las noches junto a ése gato tip trip trip, que jodido está el mundo.

Pasan mis converse por un callejón que suena al rito del melómano callejero, aquel punk sin ataduras y sin juicios... Suena una canción de marea... "Báñate en mis ojos... que se joda el mar"... Demonios... trip trip trip... Se derriten mis piernas entre curvas de colores, se me van los oídos y mis ojos dan vuelta atrás mientras aquella mujer de ojos oscuros pasa un tarro por mi nariz. Se hace un hueco enfrente mío y me pierdo de mi alrededor... "Me encuentro a mi princesa hablando con la Luna..."

Me he sentado en en borde que separa mi a la muerte de mis entrañas y a los carros de mis perversiones, me subo la falda... Me esperan. Tal cual como una mujer de la vida alegre, me levanto del andén y me prendo un cigarro... Espero.
Al rato, no sé cuánto... realmente no interesa, llega mi transporte. Ha parado una camioneta blanca de vidrios oscuros a llevarme a mi destino, me subo junto a la mujer de mis pesadillas y ella besa al conductor. Es cierto, le conozco. Lo saludo también, mientras dejamos atrás la calle Malverik y nos dirigimos al oriente por la 7.

Los vidrios negros están cerrados y aquel pequeño frasco se ha vuelto a abrir... La ciudad me consume... qué digo.. Me la consumo yo a ella. Siento unas ganas irremediables de salir corriendo, quiero volar, pero las vibraciones que se traspasan de la cojinería a mis muslos, mis pies, mi espalda y todas las demás células de mi cuerpo, me atrapan en la postura en la que me encuentro, y vuelvo de aquel infierno en el que los placeres se me avecinan encima. Así como cuando se aísla a una persona de la sociedad por largo tiempo, para luego volver a introducirlo y ver que se ha vuelto un animal, que ya no come, sino devora... Que ya no duerme sin un ojo abierto, que mataría a su madre por acercarse a su comida... Si, así mismo. Con ése instinto animal tan desarrollado, tan poco amarrado a prejuicios e ideas vagas de conceptos que no terminamos de desglosar.

Así, con el mismo descaro que promueve la ignorancia, es que vienen aquellos demonios a tentarme... Y así, con un poco menos de conciencia; yo les dejo jugar con mi alma. Y es verdad, si. Aquel infierno no se fue con el paso de la reacción química en mi cuerpo... Me corroe las entrañas. Me retuerce y me hace vomitar recuerdos, fantasías, delirios y desengaños... Es casi; casi; casi orgásmico.

Y si, es verdad. Aquel infierno, no es ni tan malo, ni tan oscuro... Llueve placer. Y yo le presto mi cuerpo para engendrar espectros.

9 de junio de 2010

Y recordé...

Y es así como se fundió la noche con el mar.
Tu mirabas hacia el horizonte con anhelo.
Yo veía la olas pasar,
Infinidad de pliegues y espuma a mi alrededor.
El sol ardía en mi piel, y tu beso en mis labios.
Tu mirabas hacia el horizonte, al atardecer.
Un barco de vela se acercaba.
Yo venía con los ojos doliéndome de no verte.
Y tu esperabas con brazos abiertos
Entre los que me tomabas y yo me sentía arena...
Me sentía desvanecer.

Y así, justo al atardecer.
Se unieron la noche y el mar.

30 de marzo de 2010

¿Puede un Oasis dejar su estado efímero?

Los años como ojos de poeta, se posan en mi cuerpo una ves más... Los años no vienen solos y se abren más puertas del alma en mi piel...
Poco a poco las espinas empiezan a instigar la carne y un líquido cristalino, rojo cristalino empieza a arropar mi cuero... Se desliza como sus manos... Un poco más frívolo... Un poco más frío... Pero con la misma agilidad... un poco menos placentero.

La sensación de liberarse. Sentirse un poco menos pesado y poder volar... ¿Es realmente volar? No estoy huyendo, me pregunto...

Me remonté a aquellas épocas en las que sentí volar mi cuerpo, mi alma junto a él. No recuerdo que se sientiera igual. ¿Por qué me alejo? Es miedo acaso... O mi cuerpo ya no aguanta más... Quiero seguir. No me rendiré a las alas tan fácilmente.

Y entonces fué cuando ya no supe que hacer... Caí en la realidad y mis delirios quedaron en aquel plano en donde quedan siempre los pensamientos en reposo.
Me sentí bajar tres nubes y acercarme más a las estrellas a la ves. Mi cuerpo se había separado de mi corazón y alma y me desgarró... Pude caer en el dolor, al vacío. Perderme en una espiral que no me pertenece, pero estuve justo a tiempo para ver que aún estában cerca, que aún los sentía pegados a mi, y ese era el desgarre, así que los intenté frenar, le dije no a la gravedad de dos dimensiones absolutamente humillantes cuando piensas en ellas y te comparas, te presumes... Les dije no más. Me fuí hasta el límite del ser y rogué ser feliz. Rogué por un cuerpo no vacío, un corazón palpitante y mi alma cerca a mi.

Pedí una ves más que no me fuese arrebatado todo, que fuese ésta ves mi turno para ganarle al Karma.

Pedi que éste que me ata a la vida, fuese el hilo de plata a mi felicidad.

17 de enero de 2010

Ensimismada en mi interior,

Recorro y divago entre mis pensares, intento descubrir las sábanas de esa cama.

Llegar a lo más profundo del ser...

Recuerdos. Millones de pasajes recorridos y otros miles más por recorrer.
Incontables hormigas que recorren el cuerpo del que sueña despierto.

Mi cuerpo que te sueña mientras aún no duermo.
Y respiro, tres segundos que se repiten..
Aire llenando mis pulmones.

¿Por qué sólo lo siento cuándo lo compartimos?
...Cuándo respiras mi oxígeno...

Me envuelvo en un éxtasis increíble cuando estás lo suficientemente cerca
para olerte.

Y qué decir de tus labios...
Si te beso, poseo el Nirvana.

Me siento en el Olimpo.
Me siento desvanecer cuando no puedo verte..
Más he de decirte,
He de contarte que;

El proyectarnos a futuro, me da un respiro.
Poder decir...

Bien.

Está bien cuando no te veo.

Puedo vivir si no siempre te siento tangible.

No hay problema si no podemos hablar...


Cuando miro el panorama,
Las armas me caen al suelo y se deshacen.

Encuentro palabras para expresar las verdades que me acompañan...


"Está bien.
Tendremos la vida entera para vernos.

Todo está bien!
Tendremos el resto del tiempo para sentirnos.

¡¡Estámos bien!!

Llegará el día en que despertemos juntos cada mañana y nuestras bocas no necesitarán palabras para expresarnos, y eso que digamos será tan increíble... Como tu. Como nosotoros.


Todo está y estará bien.

Tenemos la eternidad para seguir amándonos."

8 de enero de 2010

Delirios...

Todo converge...
Cada ves me hace sentir un poco más miserable.
Siento la soledad pisar me los talones, como una sombra...
Como alguien que se hace llamar mi sombra.

Y siento, siento que me persigue como un cazador con su arma.
Y no quiero que me alcance.

Esa sensación de arena que se desvanece con el puño cerrado.
De querer atarse a un material volátil.
De perder todo en un parpadear de ojos.
Ojos que lloran y lágrimas que bordean la más humilde de las sonrisas...
Aquella que recuerda con anhelo.
Ésa que acepta el peor de sus miedos,
el peor de sus males con la cabeza en alto
y el corazón en el puño, sintiendo que se va con el viento.

Entonces llega la dualidad...
¿Lo dejaré ir? o ¿Me aferraré a él aún cuando se ha marchitado?
Y el instinto, ése animal domesticado dentro de si
en un acto final de supervivencia
Aprieta la mano con fuerza.
Pero allí la mente debe actuar.

Y resulta ser amarrado, ligeramente libre para bombear,
un débil palpitar, apenas audible; imposible de sentir.

Y la sonrisa de llena de dolor, los ojos se tornan vacíos en el silencio
mientras las lágrimas se arremolinan
al entrar en el lugar que solía ocupar el alma que se va.
Se va fuera de mi, ya no perteneciendo a éste cuerpo.

"Evil came to me and said... My arms are not to hug you. Not now, not again; your soul no longer belongs to me. He took it away. And as you gave it to him, you might not be ever again yours to keep..."