17 de enero de 2010

Ensimismada en mi interior,

Recorro y divago entre mis pensares, intento descubrir las sábanas de esa cama.

Llegar a lo más profundo del ser...

Recuerdos. Millones de pasajes recorridos y otros miles más por recorrer.
Incontables hormigas que recorren el cuerpo del que sueña despierto.

Mi cuerpo que te sueña mientras aún no duermo.
Y respiro, tres segundos que se repiten..
Aire llenando mis pulmones.

¿Por qué sólo lo siento cuándo lo compartimos?
...Cuándo respiras mi oxígeno...

Me envuelvo en un éxtasis increíble cuando estás lo suficientemente cerca
para olerte.

Y qué decir de tus labios...
Si te beso, poseo el Nirvana.

Me siento en el Olimpo.
Me siento desvanecer cuando no puedo verte..
Más he de decirte,
He de contarte que;

El proyectarnos a futuro, me da un respiro.
Poder decir...

Bien.

Está bien cuando no te veo.

Puedo vivir si no siempre te siento tangible.

No hay problema si no podemos hablar...


Cuando miro el panorama,
Las armas me caen al suelo y se deshacen.

Encuentro palabras para expresar las verdades que me acompañan...


"Está bien.
Tendremos la vida entera para vernos.

Todo está bien!
Tendremos el resto del tiempo para sentirnos.

¡¡Estámos bien!!

Llegará el día en que despertemos juntos cada mañana y nuestras bocas no necesitarán palabras para expresarnos, y eso que digamos será tan increíble... Como tu. Como nosotoros.


Todo está y estará bien.

Tenemos la eternidad para seguir amándonos."

8 de enero de 2010

Delirios...

Todo converge...
Cada ves me hace sentir un poco más miserable.
Siento la soledad pisar me los talones, como una sombra...
Como alguien que se hace llamar mi sombra.

Y siento, siento que me persigue como un cazador con su arma.
Y no quiero que me alcance.

Esa sensación de arena que se desvanece con el puño cerrado.
De querer atarse a un material volátil.
De perder todo en un parpadear de ojos.
Ojos que lloran y lágrimas que bordean la más humilde de las sonrisas...
Aquella que recuerda con anhelo.
Ésa que acepta el peor de sus miedos,
el peor de sus males con la cabeza en alto
y el corazón en el puño, sintiendo que se va con el viento.

Entonces llega la dualidad...
¿Lo dejaré ir? o ¿Me aferraré a él aún cuando se ha marchitado?
Y el instinto, ése animal domesticado dentro de si
en un acto final de supervivencia
Aprieta la mano con fuerza.
Pero allí la mente debe actuar.

Y resulta ser amarrado, ligeramente libre para bombear,
un débil palpitar, apenas audible; imposible de sentir.

Y la sonrisa de llena de dolor, los ojos se tornan vacíos en el silencio
mientras las lágrimas se arremolinan
al entrar en el lugar que solía ocupar el alma que se va.
Se va fuera de mi, ya no perteneciendo a éste cuerpo.

"Evil came to me and said... My arms are not to hug you. Not now, not again; your soul no longer belongs to me. He took it away. And as you gave it to him, you might not be ever again yours to keep..."