20 de junio de 2010

3:27 a.m.

Una explosión.
Un haz de luz que se filtra por entre las ramas de mi piel... Y te vuelvo a ver, te encuentro entre mis sábanas, entre mis piernas, en mi cuello... Y te siento. Te siento meditabundo rondar las calles que han de cubrir mis pies en las noches junto a ése gato tip trip trip, que jodido está el mundo.

Pasan mis converse por un callejón que suena al rito del melómano callejero, aquel punk sin ataduras y sin juicios... Suena una canción de marea... "Báñate en mis ojos... que se joda el mar"... Demonios... trip trip trip... Se derriten mis piernas entre curvas de colores, se me van los oídos y mis ojos dan vuelta atrás mientras aquella mujer de ojos oscuros pasa un tarro por mi nariz. Se hace un hueco enfrente mío y me pierdo de mi alrededor... "Me encuentro a mi princesa hablando con la Luna..."

Me he sentado en en borde que separa mi a la muerte de mis entrañas y a los carros de mis perversiones, me subo la falda... Me esperan. Tal cual como una mujer de la vida alegre, me levanto del andén y me prendo un cigarro... Espero.
Al rato, no sé cuánto... realmente no interesa, llega mi transporte. Ha parado una camioneta blanca de vidrios oscuros a llevarme a mi destino, me subo junto a la mujer de mis pesadillas y ella besa al conductor. Es cierto, le conozco. Lo saludo también, mientras dejamos atrás la calle Malverik y nos dirigimos al oriente por la 7.

Los vidrios negros están cerrados y aquel pequeño frasco se ha vuelto a abrir... La ciudad me consume... qué digo.. Me la consumo yo a ella. Siento unas ganas irremediables de salir corriendo, quiero volar, pero las vibraciones que se traspasan de la cojinería a mis muslos, mis pies, mi espalda y todas las demás células de mi cuerpo, me atrapan en la postura en la que me encuentro, y vuelvo de aquel infierno en el que los placeres se me avecinan encima. Así como cuando se aísla a una persona de la sociedad por largo tiempo, para luego volver a introducirlo y ver que se ha vuelto un animal, que ya no come, sino devora... Que ya no duerme sin un ojo abierto, que mataría a su madre por acercarse a su comida... Si, así mismo. Con ése instinto animal tan desarrollado, tan poco amarrado a prejuicios e ideas vagas de conceptos que no terminamos de desglosar.

Así, con el mismo descaro que promueve la ignorancia, es que vienen aquellos demonios a tentarme... Y así, con un poco menos de conciencia; yo les dejo jugar con mi alma. Y es verdad, si. Aquel infierno no se fue con el paso de la reacción química en mi cuerpo... Me corroe las entrañas. Me retuerce y me hace vomitar recuerdos, fantasías, delirios y desengaños... Es casi; casi; casi orgásmico.

Y si, es verdad. Aquel infierno, no es ni tan malo, ni tan oscuro... Llueve placer. Y yo le presto mi cuerpo para engendrar espectros.

2 comentarios:

Un tipo dijo...

Sólo espero que todo sea fantasía.

De este escrito me ha encantado el "Cómo", pero no el "Qué".
Espero lo entiendas.

De todos modos, ¿eso es explotar?
Esperaba algo más.

:)
Suerte.

S. dijo...

No desesperes... ¿Ha de ser todo tan efímero?... Una explosión, que se respete... es progresiva. La paciencia es una virtud.
¿Para qué te detienes a esperar?
Te debo una respuesta, te escribo en éstos días.
La suerte... Es cuando la preparación encuentra la oportunidad...