4 de julio de 2009

¿Y la luz al final?

Era una noche de esas que te parecen tan largas como un túnel.
Ves al cielo y no logras ver nada, pero está todo allí.
Y una ves más te das cuenta que has caminado horas y horas por la cuidad,
la maldita cuidad de muerte, pasas al lado de tantos lugares.
Algunos recrean el ocio,
otros simplemente ese fenómeno de la globalización...
Por fin llegas a un restaurante de comida italiana en el que el
olor a salsa de carne te invade las fosas nasales
y te das cuenta de que no has comido desde ayer,
entonces decides entrar.
Das un último vistazo a la calle,
ves que los postes de luz no están todos encendidos,
y te sorprendes de ver que no hay nadie por allí.
¿Qué hora será?
-Buenas noches señor, ¿mesa para uno?
-... Ehm... Si, muchas gracias...
Silencio.

Te quedas observando el lugar en el que te encuentras,
es muy romántico...
Las luces tenues son extenuantes,
el lugar danza entre sillas y mesas de madera,
velas en cada una de ellas...
Perfecto, justo lo que necesitabas,
un golpe más en la puntilla que se clava en el corazón.
Te han acomodado en un rincón cerca del piano,
y es cuando le prestas atención,
que hermosa melodía la que suena.
Estiras el cuello para ver quien tortura tus oídos
de esa forma tan magnífica,
pero sólo ves una cabeza asomarse.
-Disculpe señor, ¿está usted listo para ordenar?
-Una cerveza negra, por favor.
-¿Algo más?
-No, no por el momento, gracias.
El mesero se ha ido, y tu silencio ha vuelto,
tan sólo interrumpido por las notas fuertes
y agudas de ese alguien que toca el piano.
La intriga se hace más grande.

Esa música...

-Gracias, ¿podría traerme unos spaghettis con boloñesa?
Y pan, por favor.
Tomas un gran sorbo, está fría. Y ese frío...
La música otra ves...

Vuelves a estirar el cuello para ver si logras ver algo más de aquella persona.
Echas un vistazo a tu alrededor,sólo para asegurarte
de que nadie te ve en esa pose tan peculiar,
ya te estás levantando de la silla...
Sientes una punzada en la espalda,
como si te clavaran los ojos de una forma que
no puedes describir a menos de que voltees,
pero no lo haces, decides volver a sentarte
y por fin tocas ese plato, que aún no terminas
de entender en qué momento llegó allí.
La textura de la comida en la boca hace que se
libera la presión que tienes sobe tu cuerpo y empiezas a
disfrutar de la silenciosa voz de aquel instrumento de cuerdas,
saboreas y escuchas, hueles y te pierdes en el repique.
Te das cuenta que poco a poco la melodía se ha ido animando.
Te animas con ella. Y lo decides, por fin.
Ya que de otro modo sabes,
que no podrías conciliar el sueño al llegar a casa.
Te levantas con decisión de la silla, pero ese primer paso es tímido.
Lo sigue una serie de pequeños y lentos pasos más.
Ya estás lo suficientemente cerca del lugar, tus ojos siguen cerrados,
aún te deleitas,
tu pie izquierdo encuentra algo duro,
supones que debe ser el piano, por fin.
Te extrañas de percibir un tenue olor a flores.
Intentas recrear la estancia en tu cabeza,
¿había flores en algún lugar?
Estás a punto de abrir los ojos para comprobar tu sospecha...
-Una muñeca... ¿Sabes?, dicen que soy una muñeca.
Te sorprendes de que sea una voz femenina la que escuchas,
y decides no abrir los ojos, aún no.
La música no ha cesado.
-¿Disculpa?
-Si, una muñeca. ¿Puedes creerlo?
He sido degradada hasta el punto en el que
sólo soy de admirar, tan fría, tan dura...
Aahh perdóname, ¿te puedo ayudar en algo?
La música sigue sin parar.
-Ehm... Ver...
-Es que no logro entenderlo.
Los tonos van bajando.

-Un día estás en la cima, te sientes en cima aunque no lo estés, y luego...
Te has vuelto intocable.
Quisiera que me tocasen como toco yo estas teclas, con deseo.
A veces me gusta venir aquí, se respira tranquilidad.
Para algunos es escribir, para él lo era...
Yo encuentro brotar de mí la música para desahogarme.

Un allegro.

-¿Te conozco de alguna parte?
-Del reflejo. Te he visto mirarme toda la noche, lástima
que no vieras el espejo que hay en el techo.
-Oh, me has visto. Ahora soy yo quien se siente al desnudo.
Me sorprende que seas...

-..Una mujer, si. Pues lo soy. Aunque a ti no te consta,
aún no abres los ojos.
¿Temes que algo pase si los abres?
-A decir verdad, un poco. O tal ves demasiado.

Se hace un poco más lento el consecutivo de las notas.
Se arrastran unas hacia las siguientes...

-¿A qué le temes?
-A ti.
-Pero, ¿cómo?
-Te conozco.
-Hahahahaha. ¿Disculpa? sigues sin atreverte a mirarme y me conoces.
Aún no tiene sentido para mi.
-Sé quien eres por tu música.
Me he deleitado toda la noche contigo.
-¡! Jm.
-Te atrapé en mi boca desde el primer sorbo de cerveza.
O tal vez tú me atrapaste a mí...
-¿Por qué no abres los ojos?
-Porque tengo miedo.
-¿Miedo de mi?
-No.
-Ábrelos... por favor.
-Me aterra.
-¿Qué?
-Perderlo todo.
-¿De qué hablas?
-Me tienes paralizado.
-¿Cómo es eso?
-No, no dejes de tocar.
-¿A qué le temes?
-A que no veas en mis ojos lo que anhelo y te vayas...
Silencio.

Sólo un Re sostenido...

-Dicen que cuando uno está a punto de morir
da un recorrido por su vida
párpados adentro, bueno, a mi acaba de pasarme...
La música cesa estrepitosamente.

Abres los ojos, pero ya no ves.
Hay realidades que debes sentir, más no ver.

9 comentarios:

Un tipo dijo...

Vostè és la noia de BlanKo, veritat?

Encantado de pasar por su blog.
Muy buenos textos. He de subrayar que el de "Y una mañana mientras el café mezclaba...", me gustó mucho. Te pone en el lugar de inmediato. Me ha encantado. Es uno de los pocos textos que he leído por los muchos blogs que he paseado que me hayan dejado TAN buena impresión.

Saludos.

Anónimo dijo...

¿Y a ti que te inspira?
Que texto tan maravilloso.

S. dijo...

Me gusta pensarlo, si. Lo soy.
Es una canción de Piero, "Y una mañana mientras el cafe mezclaba, en una servilleta blanca yo te dibujaba, yo te dibujaba..."
Me halagas, muchas gracias.
Mi inspiración... La perseverancia tal ves... El amor, me gustaría creer que lo es.
En otras palabras... El todo lo es.. Blanco es.

Un tipo dijo...

"Llegando llegaste", ¿verdad?
Ya sabía yo que me sonaba de algo.

¿Blanco es tu inspiración, entonces? ¿O el amor hacia Blanco? Bonito noviazgo.

S. dijo...

Creo que llega a ser un poco de los dos... Junto a miles de sensaciones más, causadas y no por lo que tenemos... O no llegamos a tener. Noviazgo... No sé qué tan correcta sea esa palabra.
Algo que si puedo decir es que él es mi fianceé. Esa promesa de amor eterno, que va más allá de las leyes de la física.
Es esa clase de sentimiento en el que su bienestar es más importante que la satisfacción propia.
Y si, esa es la canción.

Un tipo dijo...

Me parece que me encantas. No como mujer, sino como persona que es capaz de sentir cosas que están fuera del entendimiento humano actual. Haha. No sé si habrás leído mi última entrada. Creo que eres una de esas pocas personas que aman de verdad, entregando el cuerpo, el alma... y el corazón.

¿No es un noviazgo? Entonces, ¿qué es?

D. Blanko dijo...

Me atrevo a responder…
Es amor. Puro y físico (o no tan físico) amor.
Amor a ella con todo lo que ELLA abarca:
Su mente, su cuerpo, su alma, su personalidad, sus errores y su todo.
Amor a ella con todo lo que AMOR abarca:
Sacrificio, voluntad, esperanza, esmero, tolerancia, amistad, confianza etc.

Sin duda es una mujer increíble.
Sin duda es una mujer en todo el sentido de la palabra.
Sin duda que me siento muy afortunado.

Noviazgo
Matrimonio
Unión libre
Cualquiera que sea la etiqueta, se queda corta para describir lo que tenemos.

Un saludo
Y muchos besos para ella.

Un tipo dijo...

Bonito.

S. dijo...

Dios!
Me transportas... Definitivamente...

Creo que yo no podría haberlo descrito mejor.
Tal ves la mejor forma de describirnos será decir que él es mi amor. Y viceverza.
¿Te sientes afortunado?. ME halagas, mi amor. Creo que alguna ves te lo dije... "Yo aún no me las creo".